La sede de la escuela de cursos de inglés de Embassy en Melbourne sabe que a veces es tan importante proporcionar un buen servicio académico como poner a disposición del alumno una serie de actividades recreacionales donde este pueda completar su formación y aprovecharse de la oportunidad que ofrece una experiencia en el extranjero. Es por ello que si acudimos a sus aulas tenemos la opción de realizar actividades extracurriculares y pequeñas excursiones por cercanos lugares de interés en las cuales relacionarnos con gente de todo el mundo.
Es muy util seguir practicando inglés una vez acabadas las horas de clase acaban. La cultura local y el idioma suelen guardar interesantes coincidencias. Viajar es siempre una aventura, y si lo hacemos mientras aprendemos inglés en un entorno cercano y amistoso, donde no nos resulta dificil hacer compañeros de viaje, estaremos ante una experiencia que, no sería raro, perdurase en nuestra memoria para siempre. Estudiar inglés en Melbourne es sin duda una gran idea.
Aparte de actividades poco más o menos comunes como son la práctica de deportes: fútbol, danza y fitness, voleibol, baloncesto... Las salidas al cine, al Club de Conversación o alguna velada de pub (si eres adulto claro), constituirán solo una parte de las actividades extraescolares de las que podemos disfrutar mediante nuestro curso de inglés en Melbourne. Estas pueden ser un perfecto desahogo tras una mañana de productivas clases de inglés en Melbourne.
Con algo más de previsión se realizan interesantes salidas a destinos cercanos que contienen cierto interés cultural, turístico, paisajístico... Estas excursiones tienen por lo general cuatro rumbos:
National Gallery de Victoria: Como su homónimo londinense, este museo y galeria de arte fue inaugurada cuando la época victoriana, periodo de mayor esplendor para el imperio británico, y el hecho de que disponga de la mayor y más longeva colección de arte abierta al público del mundo, habla bastante por si solo. Sus salas albergan una colección ecléctica intertemporal y de variados estilos. Como nota curiosa, en 1986 fue robado un Picasso de sus salas. El hurto fue reivindicado por un grupo autoproclamado "Australian Cultural Terrorist", según ellos para denunciar el abandono institucional sobre el patrimonio artístico nacional. Fue devuelto dos semanas después no sin antes causar tremendo alboroto.